miércoles, 4 de mayo de 2016

Marxismo y Fuerzas Armadas I. Parte






Oscar José Márquez

La Venezuela actual se encuentra sumida en una de su más profunda crisis histórica en lo económico, político, social, militar y moral   debido a un sistema de gobierno que reúne una serie de características muy particulares con rasgos  difíciles de captar o de definir  pero que sigue y mantiene principios marxista leninistas. Todo ello lo podemos determinar  por la amplia y  variada bibliografía sobre el marxismo que nos permite tener una idea  aproximada sobre los dogmas doctrinarios que rigen y han sido aplicados  a Venezuela, y el cambio de 180 grados que han sufrido sus Fuerzas Armadas a lo largo de estos últimos 17 años.

En 1er. lugar, para Carlos Marx y Federico  Engels,  padres del socialismo científico, del comunismo moderno, del materialismo histórico, en sus escritos El Capital y El  Manifesto Comunista en relación a lo que se llamó el ejército permanente, pensaban que éste debería  de desaparecer y pasar a ser integrado por el proletariado  o lo que llamaron, la Nación en armas o el pueblo en armas.

En 2do.  lugar, están presentes los principios de Vladimir Ilich Lenin, quien pasa de la teoría marxista de la acción política a la toma real del poder, una vez que se obtenga una  correlación de fuerzas que sea favorable,  a través del Partido Revolucionario. Militarizando de esta manera al marxismo, como pasaremos a explicar seguidamente.

El investigador D. Riazanof, al referirse  a Burgueses – Capitalistas  y Proletariados – Obreros  en referencia a La Centralización del Marxismo,  señala que la experiencia de la Comuna de París convenció a Carlos  Marx y a Federico Engels de que “…la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado, aplicándola a sus propios fines…” y que lo primero que tenía que haber hecho la comuna era aplastar los órganos principales del Estado burgués (capitalista) “…abolir, por ejemplo, instituciones como la del ejército permanente, sustituyéndolo por la nación en armas; convertir la policía en un instrumento responsable de la comuna, sujeto siempre a destitución y sin el menor poder político; barrer la democracia para que  los altos puestos del Estado dejasen de ser privilegio   de la clase dominante…” rasgo característico de lo que sucedió  en parte en Venezuela.

En el manifiesto sobre las Reivindicaciones del Partido Comunista en Alemania publicado en 1848 se señala  en su numeral  4°. En referencia al  “…Armamento general del pueblo, los Ejércitos del futuro serán, al mismo tiempo, ejércitos de trabajadores, para que las tropas no se limiten, como hoy, a consumir, sino que produzcan más todavía de lo que cuesta su sostenimiento. Este será a su vez un medio para la organización del trabajo…”. Elemento este que seguramente se tomó en cuenta  por los constituyentitas de 1999,  para  elaborar el artículo 322 en el Titulo VII sobre la Seguridad de la Nación.

“…la seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de esta y de su defensa es responsabilidad de los venezolanos y las venezolanas; también de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico nacional…”

Al referirse Engels al desarrollo de la gran industria que conduce al empobrecimiento del obrero y a precipitar  el proceso de  acumulación del capital, señala que se “…crea las fuerzas de reserva del ejército industrial, que ejerce una presión constante sobre el ejército proletariado en activo y no permite a los obreros empleados obtener el aumento de salario adecuado  a sus necesidades…”

Por otra parte, en  una de las intervenciones de Carlos Marx, unos tres años más tarde  de que formulase su Manifiesto Comunista ante  el Comité Central de la Liga Comunista en 1850, al referirse a la lucha del proletariado contra los demócratas burgueses (capitalistas) cuando éstos se dispongan a ocupar cargos en un gobierno, señala  que deberán de surgir gobiernos de  obreros revolucionarios ya sean en las alcaldías o ayuntamientos, para enfrentarlos  a través de las milicias proletarias por lo que “….es necesario que los obreros estén armados y organizados. Hay que proceder sin demora a equipar a todo el proletariado con fusiles, carabinas, artillería  y municiones, y oponerse a que vuelvan a resucitar aquellos viejos somantes u guardias cívicas formadas contra los obreros…”.

Indudablemente Carlos Marx visualizaba que el llamado ejército permanente para esa época, en representación de lo que hoy son  las FF.AA, fuese remplazado y desapareciera.

En este mismo sentido Federico Engels en su escrito sobre La Teoría de la Violencia, señalaba que con el servicio militar obligatorio se familiarizaría  al pueblo con el uso de las armas,  para que en un momento determinado este imponga su propia  voluntad a “…despecho del mando militar…”.  Esto ocurrirá cuando la masa del pueblo, los obreros del campo y de la ciudad tengan la conciencia y la voluntad de hacerlo. “…A partir de este instante, los ejércitos de los príncipes se convierten en ejércitos del pueblo, la máquina se niega a seguir funcionando y el militarismo perece, por la dialéctica de su propio desarrollo…”

Todo ello al infundir en las masas trabajadoras una voluntad que se corresponda a su situación de clase y esto solo lo conseguirá: “…infaliblemente el socialismo. Y esto significa la voladura, desde su interior, del militarismo, y con él, de los ejércitos permanentes…”

En la Venezuela del Siglo XXI se han creado las milicias como un quinto componente dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), integradas por obreros, amas de casa etc.  (Al margen de la Constitución de 1999) y además se las  incluyó en  la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Bolivariana (LOFAB) con los mismos derechos, garantías y privilegios que  la oficialidad activa  y la  reserva activa. Se cumple así con uno más  de los principios marxistas de que “…el ejército no puede ser un  instituto superclasista…”

En  el estudio que realiza D. Riazonot  sobre la Cuestión de las Relaciones entre Carlos Marx y el  Manifiesto de Blanqui de 1851, se señala que todo gobernante que no proceda  inmediatamente a  acatar  y ejecutar:1. El desarme de las guardias cívicas (policías, ejército)  y  2.  Organizar    las  milicias nacionales  con   toda clase de obreros suministrándoles armamento, será considerado un traidor. Principio éste que es señalado constantemente en Venezuela: si estás con la revolución eres amigo si estás en contra de ella eres enemigo y si te sales de ella eres un traidor. 

En este sentido en referencia al leninismo que no es otra cosa que el desarrollo o la ejecución del marxismo,    una de las primeras incógnitas  que debemos despejar  frente al  marxismo, es que a partir de Vladimir Ilich Lenin, se procedió a militarizar la política como una estrategia para alcanzar los objetivos  de llegar  al poder. Ya que él señalaba que “…el marxismo se distingue de todas las formas primitivas del socialismo en que no liga el movimiento a una sola forma de lucha determinada…”

Si no analizamos y comprendemos  los principios y doctrinas marxista - leninista aplicadas en la política y muy especialmente a las Fuerzas Armadas venezolana no  se entenderá el proceso sociopolítico por el  que atraviesa Venezuela en la actualidad, como señaláramos anteriormente.

En este sentido en referencia a la lucha ideológica  (en el caso venezolano  llámese revolución bolivariana, Socialista del  Siglo XXI  o chavista y madurista representada por lo que se suele llamar el proletariado) y la burguesa (la capitalista, la oligarca, la derecha- maltrecha, la escuálida o cualesquiera otro epíteto  descalificativo con que suele  señalarse), Vladimir Ilich Lenin sostenía enfáticamente, “…que las posiciones clasistas de los proletariados y los burgueses son irreconciliables y que los sistemas sociales están contrapuestos. En esta lucha  no hay lugar para la neutralidad ni los compromisos…”. Por lo tanto  no hay negociación posible, no hay diálogo, son como el aceite con el vinagre, no se ligan, no se unen.

Grandes sectores de la vida nacional así como una parte importante de la clase política venezolana no han logrado asimilar este principio doctrinario marxista - leninista y la realidad así lo ha demostrado a  largo de  estos últimos diecisiete años en la Venezuela bolivariana  revolucionaria, socialista del Siglo XXI.  En la cual sólo hubo diálogo cuando en primer lugar el Gobierno de Hugo Chávez Frías y posteriormente el del Sr. Nicolás Maduro empleando artimañas propias de la referida ideología marxista - leninista aceptaron el diálogo después de los sucesos del 11 de  Abril del 2002,  la desobediencia militar y civil de plaza Altamira, el Paro Petrolero, las diferentes protestas mal llamadas guarimbas y sucesos estudiantiles de 2014 en los que se invocó el artículo 350 de la Constitución sobre la desobediencia civil legítima. Cuando la ciudadanía presionó en las calles  a través de grandes masas y llevó al Gobierno Nacional a su máximo punto  de equilibrio, fue entonces cuando se aceptó el diálogo con el Centro Carter y el Grupo de amigos encabezados por el Presidente  Lula Da Silva etc.,  que al final se diluyó sin que se llegara a  ningún acuerdo entre las partes.

El gobierno venezolano impuso nuevamente sus ideas, manteniendo sus principios doctrinarios marxistas - leninistas, desprestigiando a la oposición a nivel nacional e  internacional. En este orden de ideas la ideología de la revolución bolivariana, Socialista del  Siglo XXI  o chavista si es que existe…? ha hecho todo lo posible por frenar el movimiento de liberación venezolano en  la búsqueda de una verdadera democracia, al manipular para romper a cualquier precio la unidad nacional. Esto se ha puesto de manifiesto a partir del las elecciones Parlamentarias del 06 de diciembre de 2015.

Al referirnos nuevamente a Lenin, éste retoma y explota hasta la saciedad desde el punto de vista ideológico y político los  pensamientos,  de Carl Von Clausewitz en su obra “De la Guerra”  en la que la  “…Guerra es la continuación de la política por otros medios…” adoptando una posición radicalmente opuesta en referencia a la esencia misma de la guerra. De la misma manera a la relación existente entre la guerra y la política, le da una  interpretación distinta a esta idea al manipularla, al revertir la frase de que la política es la continuación de la guerra por otros medios.

En la teoría de  Clausewitz se  señala que  la Guerra es el  factor que está subordinado a la política, porque la guerra es sólo un instrumento y la política no requiere necesariamente de la Guerra. Por lo tanto para Clausewitz, existe una clara subordinación de lo militar a la política y una clara separación entre los conceptos de guerra y política. Así que para Clausewitz el concepto de la idea   política representa el fundamento del equilibrio entre la confrontación y el orden, entre el conflicto y la paz.

Ver Carl ClausewitzDe la Guerra

Sin embargo para Lenin la guerra es el punto principal y  culminante de la política,  por lo tanto la política es comprendida como una preparación para la guerra, perdiendo ésta así esa subordinación a la política y convirtiéndose en el punto decisivo,  final e inevitable  del enfrentamiento y la confrontación  política. Lenin ratifica  que la política es la guerra,  interpretando a  la política como la  lucha  de clases, y a este enfrentamiento lo llama  guerra de clases.

En este sentido en la política marxista - leninista se debe de  crear  un enemigo único que no es otro que el Estado Burgués (Capitalista), conjuntamente con la burguesía (clase media y alta), y su estamento represivo estará integrado por los órganos de seguridad del estado y las Fuerzas Armadas, además de su sistema  Ideológico, financiero y económico.   Por lo tanto el proletariado y la burguesía son enemigos irreconciliables enfrascados en una guerra total en la cual no existe el diálogo como señaláramos anteriormente.

En este orden de ideas el Estado burgués o capitalista  es exclusivamente un instrumento de opresión,  y por lo tanto el proletariado (las clases trabajadoras etc.) ante esta situación, sólo puede alcanzar sus objetivos de triunfo por un acto de fuerza, de violencia extrema que debe de llevar a la eliminación del Estado y a la desaparición transitoria de la propia política, sin aceptar ningún asomo de algún sector o cuotas de poder ya que estos deben de ser barridos de la historia.  Así  que   la guerra de clases es una guerra absoluta, es la continuación necesaria de la política.

Lenin como todo un buen revolucionario, como político y como ideólogo asimiló al igual Clausewitz que la guerra era una manifestación de la política, “…pero también comprendió que la acción política es como una forma de guerra…”. Interesado particularmente en cómo tomar el poder, sustrajo elementos esenciales de la obra De la Guerra de Carl Clausewitz,  para trazar  estrategias y aplicar técnicas y tácticas como métodos de acción ante las diferentes situaciones conflictivas. Trazó así una concepción militar de la política, militarizándola.

En este sentido Lenin en su obra El Socialismo y la Guerra, le confiere una gran importancia a la relación perenne entre la guerra y la política,  destacando la referida frase que la “…Guerra es la continuación de la política por otros medios…”

Ver Vladimir Ilich Lenin 

El Socialismo y la Guerra
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm


Obras Tomo V (1913-1916)

Conquista y rapiña, Lenin lanzó la consigna de convertir la guerra imperialista en guerra civil. El folleto El socialismo y la guerra, incluido en este tomo. 

Esto a su vez se engrana con lo señalado por Carlos Marx en el escrito La Luchas de Clases en Francia, lo que llama a la Revolución Permanente “…El socialismo revolucionario es la declaración de la revolución permanente, la instauración de la dictadura de clase del proletariado  como paso necesario para la abolición de las distinciones de clase en general, para la abolición  de las condiciones de producción de que dependen las distinciones de clase, para la abolición de todas las relaciones sociales que dependen de estas condiciones de producción, para la subvención de todas las ideas que emanan de estas relaciones sociales…”

En estas frases se encuentra encerrada  parte de toda la tragedia por la que pasa la Nación venezolana actualmente.

Posteriormente Carlos Marx justifica la dictadura del proletariado en El Programa Socialista (crítica del programa de Gotha) al señalar “…Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista se abre el período revolucionario de trasformación que sirve de puente entre una y otra. Paralelamente tiene que existir un periodo de transición política, durante el cual el Estado no puede asumir más forma que la dictadura revolucionaria del proletariado…”

La Venezuela actual revolucionaria, del Siglo XXI (aunque desde haces meses sus dirigentes no hacen referencia a esta definición)  al igual que en otros procesos  como el marxista en la antigua URSS está pasado por un periodo de transición (que bien  podemos llamarla una Dictadura Democrática) de acuerdo a lo que señalaba el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.

Proceso este de transición revolucionaria  que habría sido financiado por  el alto ingreso de los petrodólares venezolanos, lo que le permitió desmontar el aparato productor primario y secundario venezolano en manos del sector capitalista y afectar la propiedad privada al señalar que esta no representa  un derecho  absoluto; todo ello en función de un control social de la población  por parte del Estado venezolano que ha llevado a la Nación a la ruina,  al   desabastecimiento y a la pobreza al aplicar políticas económicas sociales arcaicas y desfasadas.


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