domingo, 17 de febrero de 2013

Principios estratégicos del comunismo


La Hoz y el Martillo símbolos del Comunismo internacional adaptados por los diferentes partidos Marxistas- Leninistas a partir de la Tercera internacional 



“…La verdad existe, y no es más que el reconocimiento de la realidad…” 

Oscar José Márquez

El comunismo como tal fracasó a nivel mundial. Algunos personajes han tratado de resucitarlo especialmente en la América Latina a través de un supuesto “Socialismo del siglo XXI”, a través de los cuadros de antiguos líderes que fueron derrotados en el campo político, militar e ideológico.

Durante los años de la segunda guerra mundial Joseph Stalin, ignoró a los disminuidos Partidos Comunistas mundiales  que actuaban dentro de la más severa praxis Marxista – Leninista, con  una mínima adhesión por parte de las masas proletarias que ellos querían captar, siendo solo México la excepción.

Concluida la segunda guerra mundial y ante la falta de cuadros disponibles y de los esfuerzos  de la URSS por su reconstrucción y de sus satélites los soviéticos, los ideólogos del comunismo se vieron forzados a mantener sus operaciones en una fase preparatoria.

En la estrategia global del comunismo internacional, a partir de mediados de la década de los cincuenta se consideró a la América Latina como uno de los principales objetivos de conquista.

En nuestro país, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) fue fundado el 05 de marzo de 1931, por Juan Bautista Fuenmayor, Rodolfo Quintero y Pio Tamayo. Lejos estaban ellos de pensar que el castro comunismo se apoderaría de Venezuela ya que no existía para su época. Su línea de concepción estaba basada en el pensamiento ideológico soviético  que promovía el  Marxista – Leninista “…el desarrollo y la creación de una sociedad comunista internacional a través de la dirección de un partido de vanguardia que preside sobre un  estado revolucionario socialista que representa la dictadura del Proletariado…”.

Desde su inicio el estado venezolano, vio a el Partido Comunista Venezolano  (PCV) como un peligro para la integridad política, social y territorial debido a sus deseos de eliminar en primer lugar a la Burguesía (representada por la clase media y acomodada); en segundo lugar por la imposición del ateísmo en un pueblo tradicionalmente católico apostólico y romano; en tercer lugar por la creación de un estado de partido único  en franco rechazo al pluralismo político; y en cuarto lugar por la centralización  de todas las actividades del estado.

A pesar de lo que se suele decir, el Gobierno de Eleazar López Contreras desde un principio logró penetrar los incipientes cuadros de formación y al respecto se publicó por parte del Servicio Secreto de Investigación venezolano en 1936,  una obra  titulada El Libro Rojo de Eleazar López Contreras contentivo de 326 páginas.  En este texto podemos encontrar  una serie de documentos confiscados al PCV, entre ellos propaganda, así como la relación y fotografías de gran parte de sus integrantes. Como podemos apreciar este documento único en su tipo en la América Latina nos señala en una época tan temprana la lucha en contra de comunismo. 

Con la subida al poder de Nikita Kruschev los soviéticos promovieron un inmenso  programa destinado a incentivar desde el sur y de los flancos un ataque político, económico y militar a los EE.UU, su principal adversario.  A su vez con el desarrollo económico de Europa Occidental, la Organización del Mercado Común Europeo y el creciente interés de la industria y capitales europeos en la América Latina estimularon a la Union de Repúblicas Socialistas Sovietices (URSS), a tratar de debilitar este comercio para su posterior captación.

 Las enormes dificultades socioeconómicas en Latino América,  venían  a constituir un caldo de cultivo como factor primordial en una guerra subversiva. Por lo que los soviéticos, hasta 1959, al respecto  pensaban y señalaban según el órgano  Osnovy Markisizma-Lenininizma,  la necesidad de la inminencia de una “…revolución antimperialistas y democrática…”.

Por su parte en Venezuela, un año antes, en 1958,  el régimen de Marcos Pérez Jiménez cumplía  diez años en el poder y había sido derrocado el 23 de enero bajo la presión de un movimiento militar y popular que había  concluido en un Frente Nacional eminentemente democrático con todas sus imperfecciones pero democrático al fin.

En estos años se produce  la revolución cubana, y el 02 de enero de 1959 es nombrado Manuel Urrutia como presidente Provisional de Cuba. Urrutia había estado en Venezuela y había solicitado personalmente el apoyo ante el gobierno de Wolfang Larrazábal,  de  dinero y armas para la revolución cubana. Urrutia había partido  el 07 de diciembre de 1958 junto a su familia a bordo de un avión que despegó de Maiquetía en el cual se transportaban unas seis toneladas de  armas  para los revolucionarios cubanos en la Sierra Maestra.

El 03 de enero de 1959 se realizó la juramentación   del primer Consejo de Ministro cubano y entre las medidas se designó a de Fidel Castro como Comandante en Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire. Quedó así instalado el Gobierno revolucionario el 05 de enero de 1959 y el 16 es designado  Fidel Castro como Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en sustitución del doctor José Miró Cardona.

A partir de este momento Manuel Urrutia, se convirtió en el defensor del estado de derecho frente a la constitución Cubana de 1940,  ante los excesos de Fidel Castro y sus milicianos y de su ideología comunista. Situación esta que derivaría en un golpe de estado.

Fidel Castro, frente a los desacuerdos de Manuel Urrutia, decide renunciar el 16 de julio a su cargo y el día 17 en un programa de TV, conocido como Ante la Prensa Fidel Castro fustiga a Urrutia; ese mismo día por la tarde, las masas populares son inducidas a la protesta   en respaldo de Fidel Castro, por lo que Urrutia procede a renunciar a su cargo ante el Consejo de Ministros lo que iniciaría la etapa del dominio castrista en Cuba.

El 16 de abril, ante una concentración de masas en La Habana, Fidel Castro señala el carácter socialista de la revolución cubana. Y el 01 de diciembre de 1961 en el programa de TV La Universidad Popular,   procede a declararse comunista al señalar: “…puedo decir con plena satisfacción, que soy marxista-leninista  y lo seré hasta el último día de mi vida…”

El triunfo de Fidel Castro  para algunos observadores  soviéticos no pasaba de ser un golpe de la clase media definible como una revolución antiimperialista conducida por la burguesía cubana “…una revolución burguesa   o nacional burguesa. Bajo  la guía leninista el movimiento de Castro se caracterizaba por los  elementos siguientes “…no había sido puesta en marcha por el partido comunista, sino por un líder carismático y aun mas, por un caudillo; después de la conquista del poder…”. Convirtiéndose a la postre en una dictadura pero no en “…una del proletariado…” 

Desde el mismo momento del triunfo de la revolución cubana se trató de exportar la misma al resto de la América Latina. La sustitución de Kruschev y la nueva lucha en un proceso transitorio entre los diferentes grupos del comunismo internacional (URSS - China - Corea - Cuba  entre otros) en nada va a venir alterar estos factores pero la competencia China obliga a la URSS, a recurrir a nuevos esfuerzos en la imposición del comunismo internacional.


Por este motivo la URSS organizó  cinco operaciones simultáneas  para:

1.   Acelerar la formación de cuadros comunistas locales

2.   Intensificar la propaganda en general

3.   Desarrollar las Organizaciones Auxiliares y los Frentes      Únicos, bajo las más diversas formas.

4.   Organizar y preparar tropas de choque de guerrillas

5.   Servirse de la Revolución Cubana y convertir  a Cuba en base de operaciones políticas y militares.

La estrategia comunista en América Latina se caracterizaría aun más por tres  aspectos que se complementan entre sí:

1ro. Una infiltración permanente que vendría a  constituirse en la base de todas las acciones tácticas.

2do.     Una constante vigilancia para aprovecharse de la primera oportunidad para entrar en acción.  

3ro. Un tercer aspecto que completa los anteriores a partir de 1962 en que el Kremlin llego a la conclusión de que le era imposible a la URSS, financiar las exigencias derivadas de la Guerra Fría y competir al mismo tiempo con Occidente en su ayuda a los países subdesarrollados.

Ante esta situación a partir de febrero de 1962 los diferentes dirigentes (Jefes) comunistas en América Latina procedieron a recibir  instrucciones para que, por medio de elementos especializados, intensificaran el “…sabotaje económico…” y acelerar  así el proceso inflacionario.

 Por este motivo Moscú tomó la decisión de complementar la “…revolución Ideológica…” por “…la Revolución del Hambre…”.  A partir de este momento podemos apreciar en todos los países de América Latina un recrudecimiento de la agitación en los medios sindicales,  con el fin de detener la producción industrial y paralizar paralelamente los diferentes servicios de transporte.  Se intensificó la guerra psicológica en el campo con el objeto de reducir la producción agrícola y a lo largo y ancho de la América Latina podemos encontrar las evidencias de las tácticas del comunismo internacional en contra de cada una de las soberanías de cada país.  


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