martes, 17 de enero de 2017

En torno a la izquierda y derecha venezolana 1926 – 2017 Parte II


Un Organigrama sobre la Estructura Comunista hasta el año de 1964,  en la que podemos observar  el poder,   la influencia que tenía primero  el Comintern  o la Internacional Comunista desde 1919 y después  a través de la Sección Extranjera del Partido Comunista de la Unión Soviética Sobres las secciones de los Partidos Comunistas fuera de la URSS. 



En torno a la izquierda y derecha venezolana 1926 – 2017 Parte I

Oscar José Márquez

Primer Congreso  Anti imperialista de Bruselas en 1927
En este orden de ideas señaladas en la Parte I, un grupo de ciudadanos latinoamericanos participó en una serie de eventos marxista – leninistas.  Entre estos personajes se encontraba  entre otros el peruano Raúl Haya de la Torre quien en 1924, había fundado el movimiento Aprista llamado La Alianza Revolucionaria Americana (APRA), que apelaba “….al patriotismo indoamericano trascendiendo las facciones nacionales y en favor de una unión de clase medias, obreros y campesinos contra la penetración imperialista extranjera…”.

Este movimiento antagonizaba  con los marxistas – leninistas y  comunistas, quienes “…se oponían decididamente a esa unión de clases y trataban de construir un movimiento proletario controlado por ellos mismos y conduciendo a los trabajadores rurales a la dirección del proletariado…”. Para esa época los movimientos socialistas, distintos a los comunistas, no tenían gran fuerza excepto en países como la Argentina o Chile.

También los venezolanos  Gustavo Machado y Ricardo  Martínez pertenecían a la Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA)  y  concurrieron  al Primer Congreso  Antiimperialista de Bruselas  celebrado entre el 10 y 15 de febrero de  1927, a partir del cual se inició una relación  compleja  entre La Alianza Revolucionaria Americana (APRA), encabezada por Víctor Raúl Haya de la Torre, quien optaba por la construcción de un movimiento autónomo latinoamericano sin injerencia extranjera, y la Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA),  que a pesar de  negar su vinculación  con la “izquierda” o de ser  “rojos”,  eran  vistos  como creación del  Comintern, y por lo tanto,  La Liga Antiimperialista de las Américas era pro soviética – marxista y  leninista.

La Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA), logró adherirse a dicho Congreso a través de sus secciones en América, Cuba, México, Nicaragua. De esta última  su representante fue el venezolano  Gustavo Machado;  Perú,  Panamá, El Salvador y Venezuela fueron representados por Carlos Quijano;  los Estados Unidos por el Comité Continental de la Organización. En este Congreso  Anti imperialista de Bruselas, devinieron  en la ruptura del movimiento izquierdista  antiimperialista, respecto a la Estrategia del Frente Único, diseñado por la Internacional  Comunista (IC), al enfrentarse y  sostener la Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA) y  La Alianza Revolucionaria Americana (APRA), una lucha interna por el control de la lucha  antiimperialista  en Latinoamérica.

Ante la fuerte presencia  comunista en la  Liga Antiimperialista de las Américas (LADLA)  y del Movimiento Antiimperialista en Argentina  y por sus nexos de esta última con los primeros y la creación de nuevas secciones en esta nación,  se obligó a  Víctor Raúl Haya de la Torre, a proponerle a Alfredo Palacios, Presidente de la Unión Latinoamericana (ULA), conformar una alianza estratégica. 

Esta   unión o alineamiento  entre la Unión Latinoamericana (ULA) y  La Alianza Revolucionaria Americana (APRA), a su vez generó más división al crearse en mayo de 1927 un nuevo agrupamiento político  llamado la Alianza Continental (AC), que llegaría a tener buenas relaciones con el Partido Comunista de Argentina para la defensa de Moscú o la Internacional  Comunista y el movimiento Sandinista en Nicaragua. 

Se consideraba además imprescindible concentrar toda la lucha revolucionaria de la América Latina contra el imperialismo estadounidense, sin olvidar que era además necesario vencer a su vez el nacionalismo que aquel supuestamente había promovido en su penetración en la   mayor parte  de los países de América Latina, a fin de enfrentar  al  uno contra el otro y dividirlos.

Por otra parte en la América Latina, en vista de las amplias diferencias ideológicas existentes entre los diversos países,  los movimientos de izquierda siguieron  su propio curso indudablemente bajo la influencia de sus propias corrientes de opinión filosóficas y el capricho de los fundadores o líderes de los mismos. Estas diferencias adoptaban muy diversas formas, con la salvedad de  que todas las corrientes difundidas eran de origen europeo más que latinoamericano, y hay que señalar que en las décadas de los veinte,   treinta y cuarenta todas estas corrientes europeas excepto la de los marxistas, leninistas desaparecieron. 

Podemos apreciar desde un principio que en  la formación de las izquierdas y la estructuración de los Partidos Comunistas  en la América Latina a pesar de los esfuerzos de la Internacional Comunista   no   existió  una verdadera unión organizativa ni unidad de criterio filosófico y solidaridad entre ellos.   Esto se va a reflejar a lo interno de cada país, especialmente en Venezuela,  a través de su clase dirigente.  Igualmente sucedería con los partidos de derecha.

Por lo general en la América Latina primaron  dos grandes movimientos, uno que giraba en torno a la Internacional Comunista  (Comintern), con una propuesta ideológica marxista -   leninista y otra, con una tendencia reformista, la Alianza Revolucionaria Americana (APRA), en relación a la estrategia principios y objetivos de la Internacional Comunista, para enfrentar al imperialismo estadounidense, el capitalismo y la burguesía como lo hemos venido señalando.  Esto le va a dar forma a los partidos de izquierda y derecha en los diferentes países.

X Aniversario de la Revolución    Bolchevique 1917- 1927 IV Congreso de la Internacional Sindical Roja / La Primera  Conferencia Sindical Latino Americana / El VI Congreso  Internacional Comunista.
En  noviembre de ese mismo año  de 1927 durante la conmemoración del X Aniversario de la Revolución    Bolchevique en Moscú, las diferentes delegaciones se reunieron, una vez concluido el evento, para discutir los problemas de América Latina aprovechando a su vez  la  instalación el 28 marzo de 1928 del IV Congreso de la Internacional Sindical Roja (Profintern) en la referida  ciudad de Moscú.

Esta celebración  fue aprovechada  a su vez para   instalar  la Primera  Conferencia Sindical Latino Americana y  entre  julio y septiembre  de 1928, se efectuó  el VI Congreso  Internacional Comunista, en el cual se aprobó  el Programa de la  de la Internacional Comunista y la creación de los denominados  Frentes Unidos, que consistían en la captación y adoctrinamiento de escritores, periodistas, artistas, militares y personas de connotada  fama que sirvieran de ruta al comunismo y su partido.  Congreso este donde se discutirían nuevamente  los problemas de la organización comunista en América Latina.

Es durante   este Congreso   que la América Latina entra  por primera vez  en juego bajo la influencia el  control y  órbita de la Internacional Comunista, al asistir  las delegaciones   de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México,  Uruguay, Paraguay,  y Venezuela. Con la salvedad que estas representaciones NO  necesariamente  habían sido enviadas por algún partido,  como fue de hecho el caso de Venezuela, que si bien estuvo representada,  aún no se había fundado el Partido Comunista Venezolano (PCV).

En este  VI Congreso  Internacional Comunista (Comintern), se llegó a las siguientes conclusiones sobre Venezuela:  “…que el camino correcto no era el de organizar partidos de la burguesía en el extranjero, sino el de volcar todos los esfuerzos en el trabajo de la organización sindical y del Partido Comunista  en el interior del país; que los comunistas deberían de regresar a Venezuela, y que los que no pudieran debían de irse a Colombia, Curazao y Trinidad para contribuir a la suprema tarea de organizar las masas venezolanas, política y sindicalmente…”.

Estas orientaciones les fueron dadas a los comunistas venezolanos en 1929, en comunicación firmada por el propio  Humbert  Droz, Secretario de la Internacional Comunista y  responsable de la  Comisión Latinoamericana de la Internacional Comunista. Esta comunicación se va a constituir en la base para la estructura organizativa de los partidos de izquierda de Venezuela a partir de ese  momento.

En este sentido uno de los tres grandes problemas planteados en la Internacional Comunista (IC), fue  Primero,  la determinación  y el carácter de la revolución; el  Segundo  sobre las clases Sociales de la Revolución, y  el Tercero, vinculado a los anteriores, sobre la naturaleza de cómo debería constituirse  un  Partido Comunista.  Este último aspecto  No fue  tomado  en  cuenta al  formarse el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y los diferentes partidos de  izquierda venezolanos que tenían como punto de partida:

¿Qué clase de partido se debía de buscar, que clase de partido se debería de construir? 

¿Un partido de clase, el de la clase obrera, propiamente proletariado que llevara adelante las tareas y reivindicaciones de la clase sin ningún tipo de contaminación con otros sectores sociales?

¿O por el contrario, un frente pluriclasista que abarcara a todas las fuerzas revolucionarias o por lo menos a una parte sustancial de las mismas?

¿Se trataba de un partido de cuadros altamente desarrollado desde el punto de vista ideológico, fuertemente cohesionado desde el punto de vista organizativo, estrechamente vinculado a la Internacional Comunista en sus centros directores como a las organizaciones de masas, o se trataba más bien de un partido de masas? 

Así lo van a reconocer en 1937 los propios comunistas venezolanos en su Primer Pleno Ampliado al señalar sobre sus experiencias “…Desde los comienzos de 1931, cuando se organizó la primera base del PCV hasta los momentos de la muerte de Gómez, el Partido no pasó de un pequeño grupo sectario y ultra clandestino, sin ligazón verdadera con  las masas  y sin una línea política y organizativa justa y adaptada a las condiciones del país…”

Esta situación va a perdurar por décadas incluso después que el PCV había sido legalizado. Por otra parte en referencia a sus integrantes señalaban en el Primer Pleno Ampliado  del PCV que:

“…Los compañeros no supieron plantear ante las amplias masas de Venezuela la unificación nacional contra el imperialismo y la tiranía, no supieron  coordinar  los esfuerzos dispersos desorientados en contra de Gómez, no  supieron siquiera encabezar luchas económicas de los trabajadores ni crear amplias organizaciones obreras. En el terreno organizativo   interno, si bien se hicieron repetidos esfuerzos por lograr una estructuración  de los comunistas y la implementación de una disciplina, estos esfuerzos resultaron anulados en la mayoría de las veces por las represiones gubernamentales que desintegraron siempre tanto la dirección como las bases del Partido…”.

Por cierto después de las conclusiones del Primer Pleno Ampliado del PCV, para cerrar el documento  se insertan las siguientes frases que señalan la influencia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) desde Moscú.

“…Viva el PCV ¡
“…Viva La Internacional Comunista ¡
“…Viva La Revolución Democrática y Antiimperialista ¡¡¡
“…Viva La URSS, Patria del Proletariado Mundial ¡¡¡

Los hechos en el desarrollo del quehacer histórico venezolano  van a demostrar  que la constitución  de los diferentes partidos políticos en el siglo XX y XXI en  su gran mayoría (en un 90 %)  o mas son de izquierda o de centro izquierda  con una escasa derecha, y han  obedecido sólo a los intereses de sus fundadores o de  un determinado líder o caudillo sin tomar en cuenta sus propios enunciados teóricos, así como una práctica política pragmática.

Paralelamente al VI Congreso  Internacional Comunista (Comintern), se aprobó la adhesión de las secciones del Partido Comunista del  Ecuador y del Partido Socialista Revolucionario Colombiano ya que este  último representaba la revolución marxista – leninista,  en vista de que aún no se había constituido la creación del Partido Comunista Colombiano (PC). 

La Primera Conferencia Comunista Latinoamericana
A su vez en Buenos Aires entre el  1 al 12 de  junio   de  1929, se  celebró la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, en el marco del Movimiento Revolucionario Latinoamericano,  adscrito a la Internacional Comunista (IC), a la que asistieron 38 delegados directos de los Partidos Comunistas de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México , Panamá, Paraguay, Uruguay y Venezuela aun  cuando no se había constituido todavía la creación del Partido Comunista de Venezuela.

Además participaron en esta conferencia delegaciones de la Internacional Comunista (Comintern), de la Internacional Juvenil Comunista, del Partido Comunista de los Estados Unidos, del Partido Comunista de Francia, del Secretariado Suramericano de la Internacional Comunista y del Secretariado Suramericano de la Internacional Juvenil Comunista en las que discutieron los siguientes temas:
1.   La situación Internacional de América Latina y los peligros de la guerra
2.  La lucha Antiimperialista y los problemas de táctica de los Partidos Comunistas de América Latina
3.   La cuestión  sindical 
4.   La cuestión campesina
5.   El Problema de las Razas en América Latina
6.   Trabajo de la Liga Antiimperialista
7.   Movimiento de la Juventud  Comunista
8.   Cuestiones de Organización
9.   Trabajo del Secretariado Suramericano
10.         Informe sobre la Situación del  Partido Comunista de Argentina.

Se discutieron las diversas interpretaciones del comunismo en la América Latina y como resultado de esta conferencia se creó el  Buró Suramericano que duraría hasta 1943 cuando  la  Internacional Comunista (IC) fue suspendida.   Venezuela estuvo  representada por  Ricardo Martínez, quien a su vez había participado en el  VI congreso de la IC,  aun cuando no se había fundado el PCV.  Participó, entre otro José Carlos Mariátegui quien señalaba que la pequeña burguesía latinoamericana no estaba en capacidad de oponerse a la penetración capitalista, por presentar un nacionalismo demagógico y populista.

Se señaló respecto a las tareas y orientaciones de los Partidos,  que uno de los   problemas fundamentales  de la Táctica marxista – leninista en América Latina  era  el de la alianza de los partidos comunistas  con las  organizaciones revolucionarias de la pequeña burguesía liberal o nacionalista.  Problemas estos que “… se planteaban en Cuba,  en Colombia, en Brasil en Perú y  en Venezuela…”.

En esta última persistiría  tal  situación que conllevó  a la desintegración del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) por parte de la izquierda radical,  hasta la década de los ochenta como señalaremos en su oportunidad al apoderarse del proceso revolucionario una élite clasista revolucionaria venezolana especialmente en los sectores estudiantil, intelectual y cultural. 

Por otra parte respecto a las tareas y orientaciones tácticas del  Partido Comunista en Venezuela aunque este a esa fecha no se hubiese fundado se señaló: “…Venezuela liquidar absolutamente los sueños de conquista de Venezuela desde el exterior. Enviar algunos camaradas para trabajar ilegalmente en el mismo país entre los obreros, los campesinos, los soldados; crear las primeras organizaciones. Trabajar más intensamente en el interior del país  que exteriormente…”. Tres  décadas más tarde  en los sesenta,  el PCV  aún no había logrado su  hegemonía sobre las masas proletarias especialmente entre obreros y campesinos. Pero  llevaría a una lucha fratricida  al sector universitario y estudiantil a una guerra urbana y  de guerrillas sin sentido, en la búsqueda  de logar una revolución  marxista leninista,  en la cual la izquierda venezolana sería derrotada en el campo militar y el movimiento de masas.

En referencia a los problemas generales de la táctica de los partidos comunistas el delegado por México el señor Suarez,  planteó que existía una situación  revolucionaria  en algunos países de América Latina  como era el caso de su país. Señaló que los marxistas – leninistas  deberían de ponerse al frente de las masas  para dirigir la insurrección,   ya que si no se procede a  “…la acción inmediata supliendo las debilidades del Partido, con la audacia de los caudillos rojos,  los liberales u otros elementos burgueses, nos ganarán de mano y dirigirán a las masas llevándoselas a la insurrección en beneficio de sus intereses personales…”. Y recalcó que no había tiempo para organizar a las masas sino que había que lanzarse directamente a la conquista del poder.

Este concepto fue rechazado, junto a la del atentado individual,  porque las premisas que plantean, pueden deducir consecuencias que se deben de combatir como nocivas para la elaboración de la táctica de partidos que están fuera de la Internacional Comunista.

Al  señalar el  delegado por la Internacional Comunista que “…En vista de que el caudillismo es la teoría, o mejor dicho, la forma general bajo la cual se han  hecho  las revoluciones en América Latina: de eso se deduce  compañero Suarez que debemos de adoptar los mismos métodos para acelerar nuestra revolución. Se trataría, compañeros, de suplantar    el caudillismo burgués, por  el caudillismo comunista…”

El delegado de la IC  señaló a su vez que  “…se podrá argüir que es preciso utilizar las simpatías que las masas demuestran por nuestros compañeros, para organizarlas y ganarlas a la lucha; pero eso debe  ser    perfectamente lo contrario de la fe en el caudillo que siempre han  explotado  los generales revolucionarios burgueses,  porque a nosotros nos interesa que esa influencia, y todos los trabajos de nuestros militantes  que atraen las simpatías de las masas, tengan el riguroso control del Partido y de los trabajadores,  para evitar que esas simpatías hagan de nuestros compañeros simples caudillos…” .

Sobre el caudillaje en Venezuela el delegado de la III  Comintern Internationale, indicó a su vez “…el caso Venezuela que el Señor Suarez, fiel a su teoría del caudillismo, lo considera semejante, es diferente. Se habla mucho de la audacia revolucionaria, pero la verdadera audacia comunista, y por lo tanto revolucionaria, consiste en realizar los más grandes  y constantes sacrificios para penetrar entre las  masas, crecer en su seno  y hacer la levadura revolucionaria surja de su interior…” lo cual nunca se logró.  

Si extrapolamos esta idea de caudillismo del hombre providencial, del líder carismático,  sin formación,  ni criterios que han dirigido los partidos políticos de centro izquierda o de izquierda en Venezuela y la búsqueda de instaurar un proceso revolucionario desde mediados de la década de los vente del siglo pasado, apreciamos que de alguna manera  este caudillismo  de izquierda pequeño  burgués,   se  ha venido  imponiendo en estas dos últimas décadas mediante la manipulación y el mediatismo comunicacional  donde no ha habido respeto de la constitución.  Menos aún  de la esencia  de lo que debe de ser un partido político cuya finalidad es proteger los derechos naturales e inalienables del hombre, su  vida,  su  libertad, respeto a la  propiedad,  y la resistencia a la tiranía y el fanatismo.

Entre las conclusiones a las que se llegó en esta Primera Conferencia Comunista Latinoamericana  entre otras podemos mencionar  “…Que solamente el Partido Comunista como vanguardia de las masas obreras y campesinas en lucha, representa la garantía efectiva de que estos podrán realizar las conquistas de la revolución y llevarlas a la práctica, así como fortalecer orgánica e ideológicamente a los Partidos Comunistas, como tarea inmediata. Así como el reforzamiento y ligazón entre la  Internacional Comunista (Comintern), y los Partidos Comunistas de América Latina..."

El Buró  Comunista del Caribe 
Por su parte  el activista, comunista para esa época, el venezolano  Juan Bautista Fuenmayor en una obra Veinte años de Política 1928 – 1948  dedicada a la sección Venezolana de  la  Internacional Comunista,  afirma  que “…aparentemente…”  el Bureau  del Caribe  proviene de una decisión del VI Congreso de  la  Internacional Comunista, en 1928.  El Buró fue la reactualización de una propuesta hecha por el venezolano Ricardo Martínez   en la I Conferencia Comunista Latino Americana que se celebró en Buenos Aires en 1929  año este  en que aún no se había fundado  el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Ricardo Martínez había propuesto la creación  de un “…subsecretariado latinoamericano con sede en México…” así como la creación  de dos Escuelas de Cuadro de la Internacional Comunista, una en Argentina y otra en  Nueva York.   El Buró  del Caribe  estuvo  integrado   entre 1929 hasta 1938,  en que dejó de existir,  por Alexander Biterlman, Earl Browder, un representante de la  Internacional Juvenil Comunista, y  el venezolano Ricardo A. Martínez  quien posteriormente la  abandonaría para integrase en Montevideo al Secretariado de la Conferencia Sindical   Latinoamericana que se había decidido crear en el IV Congreso de la Internacional Sindical Roja (Profintern)

La Internacional Comunista o  el Partido Único mundial
Al igual que la Internacional Comunista, se pretendía  fundar un partido único mundial para aniquilar al capitalismo y las clases sociales y así poder establecer un  socialismo para luego pasar al comunismo. Para ello se requería   tener una organización fuertemente centralizada  por lo que la Internacional Comunista en la práctica se vino a convertir  en el Partido Comunista Único  a nivel  Mundial, y el resto  de los partidos en los diferentes países  vendrían  a constituirse  en sus diferentes secciones. Así la Internacional Comunista, diseñó  una estructura  demasiado rígida, demasiado centralizada, demasiado vertical.

En la realidad la legitimación y aprobación  o el reconocimiento de los diferentes Partidos  Comunistas (secciones) de cada país, vinieron  a constituirse en el acto o con el visto bueno ante la Internacional Comunista (Comintern), durante cada  uno de sus Congresos Mundiales.  Esto era más importante que el reconocimiento que los diferentes partidos comunistas tuviesen  de sus integrantes,  de la clase obrera, o de la sociedad donde interactuaban.

Así que independientemente de las fechas de la fundación de tal o cual partido comunista, de su primer Congreso o Asamblea Nacional, o de  la fecha de la aprobación de sus estatutos, era la Internacional Comunista quien los aceptaba como miembros pleno del Comintern, como de hecho vendría a ser el caso del Partido Comunista Venezolano (PCV) como lo señalaremos en su momento.

Por otra parte la Internacional Comunista experimentó una gran dificultad para que el concepto de una disciplina centralizada del partido fuese  aceptado por los latinoamericanos, quienes están más acostumbrados a formas muchos más flexibles de organización. Esto va a quedar evidenciado en Venezuela al fragmentarse la izquierda en la década de los sesenta y setenta.

Continuará….

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Márquez, Oscar J. En torno a la izquierda y derecha venezolana 1926 – 2017 II. Parte”, entrada del Martes 17  de  Enero    de 2017, consultado el xx / xx/ 2017. URL:



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